Después de más de 20 años, desde que entró en vigor la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, el campo más complejo y a la vez más desconocido por parte de las empresas es el de los riesgos psicosociales. La explicación podría ser que, aunque los síntomas de que algo pasa, como pueden ser el elevado absentismo, los conflictos, quejas constantes, desmotivación, bajo rendimiento, alta rotación, etc.…, pueden estar a la vista, no es fácil asumir para las empresas que hay causas que tienen relación directa con las condiciones de trabajo, como también influyen en ellas la propia actitud del trabajador y sus circunstancias personales.
Las causas no están visibles a simple vista y por lo tanto aplicar una postura «ojos que no ven, corazón que no siente» es la posición más cómoda en muchos casos. La ignorancia puede tener consecuencias fatales para las empresas.
Tomar conciencia de que los factores psicosociales están relacionados directamente con la organización del trabajo, las relaciones, estilos de mando, etc. es el primer paso del camino hacia la solución.
Toda empresa tiene la obligación de realizar una evaluación de los riesgos psicosociales, que es compleja y laboriosa, y una vez la empresa se enfrenta a este reto, son los técnicos que tienen el objetivo, todavía más difícil, de determinar las causas y proponer unas medidas preventivas eficaces.
La participación activa de los trabajadores tanto en la identificación de las causas, como en la búsqueda de las medidas preventivas es imprescindible para que todo proceso sea eficaz y tenga sentido. Precisamente es aquí donde las técnicas de coaching pueden ser sumamente útiles tanto en acciones de grupo como individuales.
El Coach realizará un análisis inicial junto con la dirección de RRHH, responsables de área y/o equipos, para identificar sobre qué aspectos se quiere trabajar, cuál será el objetivo a alcanzar y qué expectativas se tienen respecto al proceso. Junto con el resultado de la evaluación psicosocial se determinará el área de mejora como puede ser: la comunicación, el liderazgo, la gestión de un conflicto, u otros.
Las acciones se enfocarán tanto en acciones grupales a través de dinámicas de equipos, para por ejemplo fomentar unas habilidades comunicativas, gestionar conflictos, etc. , como en posibles sesiones individuales si se quiere trabajar el aspecto de creencias limitadoras y/o fomentar habilidades de liderazgo entre otras.
Es importante que las empresas tomen conciencia que el absentismo, la siniestralidad, altas tasas de rotación, los conflictos, entre otros, son indicadores que reclaman una revisión de la organización y gestión de la empresa y que existen herramientas para gestionarlos y reconducir la situación.
La gestión de las personas en las organizaciones es vital para el éxito empresarial y por eso se le debe atribuir la importancia que merece.